Redacción
La Asociación Cultural Portalrubio aprovechará la celebración del Carnaval el próximo 17 de febrero, para continuar con los exitosos (y mediáticos) talleres artesanales iniciados en Navidad para fomentar el trabajo en equipo intergeneracional, una forma de "estrechar lazos, crear comunidad y recuperar antiguos saberes" (ver Portalrubio Es Más, 20 de diciembre de 2017). Organizado de nuevo por Susana Usano, los vecinos podrán elaborar sus propias máscaras para lucirlas en el desfile y la fiesta programada para la tarde-noche del 17 de febrero, en la que también habrá cena por cortesía del Ayuntamiento local. De hecho, hace unas semanas algunos portalrubieros ya crearon las primeras, en un pequeño ensayo de lo que harán el sábado.
Máscaras artesanales realizadas como ensayo por los portalrubieros.
Esta celebración popular fue rescatada por la Asociación y el consistorio el año pasado (ver Portalrubio Es Más, 13 de marzo de 2017) pues en el pueblo no se vivía desde los años 50, cuando los jóvenes celebraban el ‘Día de las Máscaras’ y las 'enharinadas' —tiraban harina a las chicas que les gustaban— ya que los Carnavales como tales estaban prohibidos y no muy bien vistos. Además, alguien se ponía una careta de "moro" para asustar a los niños, algo común también en las localidades de la zona. De hecho, en la tradición alcarreña, con el ritual ancestral de la botarga, se pedía a la Madre Tierra abundancia en las cosechas y en la crianza de ganado, así como fertilidad para las mujeres.
El 'Taller de Máscaras ha sido propuesto y organizado por Susana Usano.
Actualmente este rito solo sobrevive en algunas zonas de Guadalajara y en pueblos aislados de Cuenca, aunque Castejón lo recuperó con éxito el año pasado y lo repetirá el 24 de febrero, incorporando de nuevo sus 'Blasillos y Campanillas' al pasacalles popular. También lo hacen otros municipios de la comarca pero, como Portalrubio, más alejados de la tradición. Caso especial es el de Gascueña, donde su Hermandad de Ánimas conserva, desde 1710, la procesión de difuntos por las calles del pueblo portando las armas y al son del tambor el sábado de Carnaval. Así invitan a sus habitantes a rezar por los desaparecidos, pues esta Cofradía surgió en el siglo XVIII como “reacción espiritual a los habituales desenfrenos” de esta fiesta. Y es que, aunque tiene su origen en los actos paganos de Sumeria y Egipto de hace más de 5.000 años, fueron los romanos quienes expandieron la tradición por Europa, asociándose después al culto católico. Así, tiene lugar inmediatamente antes de la Cuaresma cristiana, que tradicionalmente comienza el Jueves Lardero y acaba el Martes de Carnaval, tal y como informa el portal Alcarria Es Más.
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