Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
VISITAS RECOMENDADAS
MEDIOS LOCALES
Vista general de Canalejas del Arroyo.
Zascandileando por Cuenca
Este mes vamos a hablar de una región que comparten las provincias de Cuenca y Guadalajara, dentro de la propia comarca de la Alcarria. Forman parte de esta zona una serie de pueblos que, a pesar de tener en algunos casos jurisdicciones administrativas diferentes, comparten características propias, como es el caso de su historia, costumbres, economía y el paisaje en torno al valle del río Guadiela. Nos referimos a la Hoya del Infantado.
Esta región comprende las villas de Alcocer, Salmerón y Valdeolivas, junto con otros pueblos de menor tamaño como pueden ser Salmeroncillos, Albendea, Villar del Infantado, San Pedro Palmiches, Castilforte o Millana, todos ellos comprendidos entre el norte de la Alcarria de Cuenca y el sur de la de Guadalajara.
El poblamiento de este territorio data de tiempos muy antiguos, hablamos, como indican sus restos arqueológicos, de moradores celtíberos, romanos, visigodos y bereberes. Aunque si tuviéramos que poner un punto de partida a la Hoya del Infantado, habría que remontarse a la época de la Reconquista, concretamente a finales del siglo XI. Las tropas del capitán Alvar Fáñez toman estas tierras, pasando primero a control del Común de Villa y Tierra de Zorita y posteriormente al de Huete, manteniéndose durante bastantes años.
Vista de Salmeroncillos. Foto: Vanessa Balcones Calvo en grupo de Facebook.
En 1154 el rey Alfonso VII dona a estas tierras a los obispos de Sigüenza, volviendo de nuevo a quedar en señorío real tras la conquista de Cuenca llevada a cabo por su nieto Alfonso VIII en el año 1177. La diócesis creada tras la victoria incluyó el valle del río Guadiela.
Es en 1252, durante el reinado de Alfonso X de Castilla ("el Sabio"), cuando se crea el señorío de todas estas tierras, el cual comprende Alcocer, Salmerón, Millana, Valdeolivas o Peñas de San Pedro (actual San Pedro Palmiches), entre otros lugares; siendo nombrado desde entonces como Hoya del Infantado. Fue recibido en donación por doña Mayor Guillén de Guzmán, hermana de Pedro Guzmán, adelantado de Castilla; y madre de Beatriz, hija del rey Alfonso X, reina de Portugal y heredera de todas sus propiedades. También recibió la villas de Cifuentes, Viana o Palazuelos, junto con más territorios de la actual Guadalajara.
Tras la muerte de Beatriz, hereda el señorío su hija Blanca, abadesa del monasterio de Las Huelgas, quien escoge vendérselo al infante don Juan Manuel (autor de la obra "El conde Lucanor") en el año 1312. Al no poder cumplir con los requisitos de la compra, doña Blanca vende otro grupo de tierras heredadas, incluyendo algunas pertenecientes al trato con don Juan Manuel, al infante don Pedro, hijo de Sancho IV de Castilla y María de Molina. Tras conocer el suceso, el infante don Juan Manuel montó en cólera, pues había adelantado 250.000 maravedíes. Esta irá se manifestó en las algaradas que promovió en Guadalajara, Huete e Hita. Tras ello tuvo que intermediar el maestre Calatrava, resolviéndose con el reparto de las tierras. Las pertenecientes a la Hoya del Infantado fueron para don Juan Manuel y el resto de villas, que incluían Cifuentes, Viana o Palazuelos, fueron para don Pedro.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Valdeolivas. Foto: www.turismocastillalamancha.es.
Posteriormente pasó por diferentes manos, como fueron las de la familia de Albornoz o las del Condestable Álvaro de Luna. Después de ser ajusticiado por el rey Enrique IV, este firma con su familia unas capitulaciones por las que sus pertenencias, incluida la Hoya del Infantado, pasan a propiedad real hasta que su nieta, doña Juana de Luna cumpliese los doce años. El rey no cumple con el trato, ya que en 1471 entregaba las villas de la Hoya a don Diego Hurtado de Mendoza, quien finalmente recibe el título de duque de estas tierras de manos de los Reyes Católicos en el año 1475, siendo el primero de una preciada saga de la nobleza. Esta zona perteneció al ducado del Infantado hasta mediados del siglo XIX.
El título completo era "Duque de las Cinco Villas del Infantado", de las cuales destacaban por encima de todas Alcocer, Salmerón y Valdeolivas. La divisa era: "Dar es señorío, recibir es servidumbre". Durante los años de existencia de este ducado, sus tierras gozaron de muy buena protección, la cual queda demostrada con el excelente patrimonio arquitectónico que posee la zona. Destaca la "catedral de la Alcarria", es decir, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en Alcocer. En territorio conquense merece la pena destacar la también denominada iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, localizada en el hermoso pueblo de Valdeolivas.
Aquí terminamos con esta región repleta de personalidad. Separada por dos provincias, pero de manera superficial. Une mucho más su pasado repleto de hechos reseñables en la historia de Castilla.
Autor: Zascandileando Por Cuenca es un blog específico de esta provincia. En él hablamos de los distintos pueblos y parajes naturales que componen su tierra. También os enseñamos dónde comer y la gastronomía típica conquense (somos adictos a los zarajos), además de la mejor oferta de ocio, que incluimos en nuestros planes semanales para zascandilear. En definitiva, os mostramos qué hacer y ver en la espectacular provincia de Cuenca. www.zascandileando.com |
Sin comentarios
PUBLICIDAD
ARQUITECTO CARLOS MOCHALES
Quiénes somos
