Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
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Restos de la torre del telégrafo óptico en el término de Horcajada de la Torre. Foto: David Fernández.
Redacción
La Junta de Castilla-La Mancha ha iniciado el expediente para declarar Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Sitio Histórico, las líneas de telegrafía óptica de la provincia de Cuenca. Según el anuncio publicado hoy en el Diario Oficial, se trata de 16 torres en diferentes estados de conservación —entre ellas las de Torrejoncillo del Rey y Horcajada de la Torre— y los espacios sobre los que se asentaron dos de las cuatro desaparecidas —como la de Carrascosa del Campo—. Precisamente hace unos días, la Diputación de Cuenca aprobó en su último Pleno rehabilitar algunas de estas torres de la provincia (ver Alcarria Es Más, 3 de junio de 2019), aunque en el caso de la Alcarria conquense solo lo hará con la del término de Horcajada de la Torre (más cercana a Naharros), según ha aclarado en redes sociales Carlos Cuenca, concejal electo del Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey, municipio al que pertenece. Esta institución destinará 40.000€ del remanente del ejercicio 2018 —en un paquete de medidas extraordinarias para la rehabilitación del patrimonio— para recuperar el inmueble en colaboración de la demarcación de Cuenca del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha y será posible gracias a la familia propietaria del terreno que lo ha cedido “gratuita y desinteresadamente”.
Esta torre es la 105 de la línea, con una altitud de 1.062 metros y se sitúa a una distancia visual con la anterior de 8.069 (Abia de la Obispalía) y con la siguiente de 7.217 (Torrejoncilo del Rey). El texto del DOCM señala que el remate de ladrillos del zócalo está perdido en todo el perímetro, así como la moldura intermedia, especialmente en la fachada occidental, aunque conserva restos del zócalo sobre ella en la oriental y, sobre todo, en la septentrional. Su cara oriental conserva aún el revoco (revestimiento) pero los vanos están casi perdidos, especialmente la base, jamba izquierda y dintel de la puerta de acceso y las jambas y el dintel de la ventana superior. La cara septentrional es la mejor conservada, manteniendo toda su altura hasta la cornisa y la totalidad del revoco. Sin embargo, una grieta en la esquina nororiental, que traspasa al interior, amenaza esta fachada.
Entorno del telégrafo de Horcajada de la Torre. Foto: David Fernández.
En cuanto a la cara occidental es la más deteriorada, habiendo perdido totalmente el remate del zócalo, la moldura intermedia, el revoco y las jambas y dinteles de los vanos. Solo conserva la altura hasta la mitad del vano superior y acusa pérdidas de material en el cuerpo inferior. A ambos lados del vano del piso superior quedan sendos huecos, de los que el de la derecha parece corresponder al orifico de visión para el anteojo y el otro a la huella del anclaje del andamio. La fachada meridional también ha perdido la moldura intermedia y conserva parte del revoco en el cuerpo superior. El interior aparece casi totalmente ocupado por la vegetación aunque mantiene en buen estado las aspilleras, conservando parte de sus marcos de madera.
Lo que queda en pie de la torre del telégrafo de Torrejoncillo del Rey.
En cuanto a la torre 106 en Torrejoncillo del Rey, tiene una altitud de 1.044 metros y se sitúa a una distancia visual con la anterior 7.217 (Horcajada de la Torre) y con la siguiente de 13.000 (Carrascosa del Campo). La fachada occidental sólo se conserva hasta la altura del zócalo y del lado meridional queda la esquina sureste hasta unos 6 metros de altura y la aspillera (abertura vertical) derecha. Lo que queda en pie está afectado por profundas grietas y en la cara este muestra muy alterado el zócalo inferior. Un gran derrumbe en el centro del muro ha destruido los vanos, llegando hasta la aspillera central y la esquina noroeste alcanza una altura de 7 metros pero está inclinada hacia fuera y es muy inestable. Conserva esta fachada restos de la moldura intermedia y del zócalo sobre ella, así como parte del enlucido, mientras que el lateral septentrional todavía ofrece restos del zócalo y cuerpo inferiores, mostrando aún las tres aspilleras. Sobre ellas se mantiene aún la moldura intermedia y su zócalo pero la esquina norte está destruida y todo el muro presenta numerosas grietas, estando el interior está totalmente colmatado por los escombros.
El fin del Gobierno autonómico es proteger el entorno inmediato de cada una de las torres, independientemente de su estado de conservación actual, teniendo en cuenta la “doble necesidad de preservar sus restos materiales y mantener la línea visual entre torres”. De esta forma quiere “controlar futuras actuaciones de urbanización, roturación, plantación, reforestación, adecuación de espacios, instalación de antenas de telecomunicaciones, parques eólicos, tendidos eléctricos o cualquier otra actividad que implique una afección a los restos materiales de las torres, al espacio que ocuparon dos de las cuatro desaparecidas y a las visuales que se mantienen en la actualidad y que dotan de sentido y comprensión a las líneas de telegrafía óptica”.
Línea de Cuenca con los telégrafos de Naharros y Torrejoncillo en primer plano.
Como BIC “gozarán de la máxima protección y tutela y su utilización estará siempre subordinada a que no se ponga en peligro su conservación y sus valores” pues “cualquier cambio de uso, segregación o agregación, habrá de ser autorizado por la Consejería competente en materia de Patrimonio Cultural”. Así, quedará "prohibida la instalación de publicidad, cables, nuevas antenas, conducciones y cualquier otro elemento que perjudique la adecuada conservación del inmueble o menoscabe la apreciación del bien dentro de su entorno”. Sí permitirán “todos aquellos usos que sean compatibles con su puesta en valor y disfrute patrimonial”, evitando “las modificaciones de la topografía existente y de los elementos accesorios como muros, cierres o caminos, e incluso la estructura parcelaria, así como la instalación de cualquier obstáculo que impida la comunicación visual entre los emplazamientos de las torres”. La administración recomienda “la instalación de hitos informativos en los espacios que albergaron a las cuatro torres desaparecidas, en aras de una mayor comprensión del funcionamiento de las líneas de telegráfica óptica” (ver Alcarria Es Más, 16 de septiembre de 2016).
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