Maite y Mercedes "abren" al público sus bellos campos de lavanda en la Alcarria conquense.
Redacción
La idea de acercar al público a los campos de lavanda de Huete ya rondaba por sus cabezas hace dos años y así lo materializaron durante una interesante jornada organizada por Participación Rural Viva a la que asistió esta redacción (ver Alcarria Es Más, 2 de agosto de 2016). Y es que el paraje ‘La Maraña’ —en el término de Verdelpino de Huete— es digno de ser contemplado antes de su cosecha para que los asistentes vean, huelan y toquen (antes de degustar) una aromática planta con importantes “cualidades regenerativas, antiparasitarias, curativas, cicatrizantes y relajantes” —tanto que en los inmensos campos de la región francesa de La Provenza los recolectores solo pueden trabajar durante cuatro horas porque se duermen—.
Más allá de los campos de Brihuega y su famoso festival, en otra Alcarria, la conquense, Maite Bermejo, Mercedes de Loro y Pedro Corpa han rescatado de cierto olvido ese lavandín —maridaje entre lavanda y espliego— tan característico de esta comarca con el que ya los romanos aromatizaban sus baños y han transformado su esencia en jabones, ambientadores y exclusivos licores y cremas —únicos en España— en su empresa familiar optense Lavandaña. Tras varios años de trabajo incansable y continuos viajes llevando sus productos artesanales por todo la geografía española, durante este mes de julio (de lunes a viernes) realizarán visitas guiadas antes de su recolección en agosto, una idea que surgió de la hija de dos de ellos, Coral Corpa —gestora también de sus redes sociales—, como su trabajo de fin de grado en Turismo.
Exposición de productos elaborados con lavanda en la casa-cueva.
Con la colaboración de la Oficina de Turismo de Huete, los recorridos comenzarán a las 19h visitando la sede de Lavandaña en la restaurada casa-cueva ‘La Choza del Abuelo’, excavada en el cerro del Castillo (ver Alcarria Es Más, 9 de febrero de 2016), donde los visitantes podrán conocer la historia del proyecto y el trabajo que realizan Maite y Mercedes. Posteriormente se desplazarán en coche hasta los campos situados a unos 4 kilómetros y medio del municipio y, con la mágica luz de la puesta de sol, Pedro les explicará el proceso de plantación y cosecha, finalizando con una degustación de licores y cremas de lavanda acompañados de dulces típicos de la zona.