Unas 200 personas, según los convocantes, pidieron el 6 de mayo que las macrogranjas se alejen de Tinajas.
M.R.J.
La Plataforma de Vecinos de Tinajas que se oponen al proyecto para construir dos macrogranjas para 66.000 pollos de engorde a 220 metros del núcleo urbano —que se sumarán a las otras dos que ya existen al sur del término— convocará una nueva manifestación el próximo agosto porque así lo han pedido muchos afectados del municipio que no pudieron acudir a la que celebraron el pasado 6 de mayo congregando a unas 200 personas, según sus estimaciones. Recorriendo todo el pueblo repetirán lo que califican de "momento histórico” en esta pequeña localidad con 197 empadronados —según datos del INE 2017— pues señalan que nunca hasta ahora se había vivido una protesta “comunicada y organizada” contra el Ayuntamiento y con presencia de una diputada provincial —asistió Ana María Sánchez, de Izquierda Unida, con varios miembros de su equipo—. Añaden que tampoco nunca el consistorio había “forzado” a los tinajeros a llegar hasta un “juicio contencioso administrativo para defender sus derechos”.
La diputada provincial de Izquierda Unida atendiendo a los medios durante la protesta. Foto: IU Cuenca.
Dado que es este organismo es el que debe validar el proyecto y los promotores siguen adelante con él —las alegaciones al estudio de impacto ambiental modificado acaban el 13 de junio (ver Alcarria Es Más, 3 de mayo de 2018)— los vecinos que se oponen a la construcción de estas explotaciones reclaman una reubicación de las mismas en una zona más alejada del municipio para intentar evitar así los problemas mediambientales y de salud que pueden provocar y sobre los que ha advertido la Dirección Provincial de Sanidad (ver Alcarria Es Más, 9 de febrero de 2018). De hecho, desde esta Plataforma aseguran haber visto un nuevo informe enviado por este departamento en el que recomienda al Ayuntamiento que solicite a los promotores un Plan Sanitario por los riesgos de infecciones que incluya distintas medidas para intentar “minimizar sus efectos”. Sin embargo, desde dicha Consejería no han podido facilitar ese documento ni información a esta redacción alegando que se trata de un procedimiento en el que no tienen competencias ni autoridad, siendo solo mera Administración consultada.
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Por su parte, al alcalde del municipio, Antonio González Duque, no le consta que Sanidad les haya pedido ese plan. En declaraciones a este portal ha señalado que no tienen intención de volver a hablar con los promotores para que estudien otras ubicaciones pues ya lo hicieron en su día y tienen que "respetarles" si ellos consideran que han optado por la mejor opción. Respecto a las acusaciones de
Médicos que alertan con estudios científicos sobre los "efectos secundarios" de las macrogranjas
Médicos como la intensivista Ángela Prado Mira y el neumólogo Jesús Martínez-Moratalla han advertido recientemente sobre los "efectos secundarios" de las macrogranjas citando distintos informes. Según la noticia publicada por www.diariosanitario.com, una investigación de la primera advierte de que hasta ahora se ha prestado "poca atención" a cómo el uso de antibióticos en las granjas —que aumentó un 45% entre 2001 y 2009— contribuye al problema general de la resistencia pues estos pasan al ser humano a través de los productos alimentarios. Esta profesional añade que los gases tóxicos como el sulfhídrico y el amoniaco afectan al paisaje y los vecinos haciendo la atmósfera "irrespirable" en un radio de varios kilómetros en torno a las explotaciones, las balsas de decantación y las parcelas sujetas a abonado de purines. "Este hecho, junto a la existencia de moscas y demás fauna oportunista, erosionan gravemente el potencial turístico de los municipios colindantes", añade. Prado también ha encontrado relación entre el mal olor y la proliferación de casos de estrés y otras enfermedades en personas que viven cerca de estas instalaciones como recoge un estudio llevado de la Universidad de Carolina del Norte que demuestra que este tipo de granjas puede provocar incremento en la tensión arterial. Pero la peor parte se la lleva el agua ya que el exceso de nitratos en el suelo, que no es utilizado por las plantas para la síntesis de proteínas vegetales, puede llegar a las aguas superficiales o filtrarse a través del suelo a los acuíferos subterráneos. Así, una investigación de la Universidad de Valencia en más de 18 comunidades de la provincia, recogió que los niveles de nitratos en las aguas estaban por encima de los 150 mg/l, con riesgos para la salud de los niños. Por su parte, Martínez-Moratalla coincide en que parte de los purines pasan al aire en forma de gases que se pueden transformar en aerosoles respirables, unos "irritantes" que, mantenidos en el tiempo, pueden producir inflamación de las vía aéreas y causar enfermedades respiratorias. A su juicio, estas macrogranjas de cerdos son un "problema de salud para los trabajadores y para la población colindante". |