Cavidad aparecida en Jabalera. Foto enviada por Juan Carlos de la Garza.
M.Raspal Jorquera
Todo parece indicar que la gran cavidad que se formó la semana pasada en unas tierras agrícolas del término de Jabalera —uno de los pueblos que conforman Valle de Altomira— es un fenómeno denominado "dolina de colapso", según han explicado a esta redacción Joaquín Mulas de la Peña y Luis Roberto Rodríguez Fernández, ingenieros del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), aunque aclaran que para hacer un diagnóstico en profundidad deberían contar con más datos y hacer una visita a la zona, por lo que se ofrecen al Ayuntamiento del municipio si necesita su colaboración.
Una dolina es un tipo especial de depresión geológica característica de los relieves kársticos —aquellos originados por la desintegración y descomposición de ciertas rocas cuyos componentes (arcilla o caliza) son solubles en agua, como la Ciudad Encantada de Cuenca— con forma más o menos cónica y fondo plano constituido por rocas insolubles. Su formación se produce en estos terrenos cuando parte del agua de lluvia se convierte en subterránea y fluye bajo el macizo rocoso de manera simultánea a la que fluye sobre él. Dado que esta agua contiene el CO² procedente de la atmósfera, se producen procesos de carbonatación, es decir, el dióxido de carbono reacciona con el hidróxido de calcio de las rocas y desprende agua y carbonato cálcico. Por ello, se disuelven y precipitan allá donde el agua llegue a estar en las cantidades requeridas.
Esquema explicativo de las formaciones más representativas del relieve kárstico. Fuente: www.geoiesblasdeotero.wordpress.com.
Esta disolución de la roca puede ser progresiva y lenta o súbita por un colapso en las cavidades subterráneas como pudo suceder en Jabalera el pasado miércoles, cuando se formó una sima en la zona de labor conocida como del "Tío Cecilio". Aunque en la zona son habituales este tipo de fenómenos, sus grandes dimensiones —unos 20 metros de ancho y unos 9 de profundidad— despertaron un gran interés de medios y vecinos por lo que, ante el peligro de derrumbe, los propietarios dieron el aviso y voluntarios de Protección Civil de la Agrupación de Valle de Altomira vallaron la parcela. Además, los dueños tienen "serias dudas" sobre la posibilidad de que se produzca otra por unas imágenes de satélite que han visto. De hecho, recuerdan que el año pasado apreciaron en Google Maps una mancha marrón en el punto donde se ha producido la dolina.
En este sentido, Daniel Tejeda, delegado del Colegio de Geólogos en Castilla La Mancha, también sugiere monitorizar la dolina y "ponerla en valor", es decir, que el Ayuntamiento la enseñe como un proceso natural geomorfológico —acelerado por el aumento de las lluvias— a colegios y asociaciones, con un cartel explicativo, para "sacar algo positivo de lo negativo" ya que, en su opinión, las soluciones para detener este efecto son "muy limitadas".