Descarga aquí el programa ‘Geolodía 2017’ en Torralba.
Redacción
El paisaje de la Alcarria conquense se formó por la sedimentación de distintos tipos de depósitos en una cuenca cuyos márgenes eran los relieves montañosos de la Sierra de Altomira al oeste y las últimas estribaciones de la Cordillera Ibérica al norte y el este. La irrupción de los ríos durante la era Cuaternaria provocó la erosión de parte de las rocas, cortando como cuchillos las capas horizontales de yesos, calizas, arcillas y areniscas, materieales solubles que, al circular por las aguas, generaron cavidades y dentro de ellas minerales como el conocido yeso espejuelo o lapis specularis. Pero además de estos cristales que hace 2.000 años los romanos extrajeron y extendieron por todo el Imperio desde esta área de Cuenca —tres minas han sido acondicionadas y dos de ellas pueden visitarse (ver ubicación y horarios)— los estudios geológicos plantearon en su día a la posibilidad de que esta zona con rocas sedimentarias también albergara petróleo u otros minerales de interés energético, como el uranio, básico para la floreciente energía nuclear de los años 70.
Recorrido que los senderistas realizarán por la tarde hasta el sondeo.
Dada la crisis que vivía España en esa década, las autoridades plantearon la búsqueda y explotación de recursos energéticos propios y el término de Torralba fue considerado entonces un buen candidato pues se encontraba en el límite al norte y noreste de las sierras grises de Bascuñana, propias del Cretácico —último periodo de la Era Mesozoica, después del Jurásico, hace 66,4 millones de años— y las tierras rojizas del Cenozoico posterior —actualmente ocupadas por las repoblaciones forestales y los olivares y viñedos—, coincidiendo así en antigüedad con los yacimientos del Golfo Pérsico. Por ello, el 23 de septiembre de 1.974, la empresa AMOSPAIN comenzó los sondeos del subsuelo, que llegaron a los 3.506 metros de profundidad y finalizaron sin éxito el 11 de mayo del año siguiente.
Corte geológico modificado del publicado por el IGME en 2009 (ver original).
Por todo ello, la Sociedad Geológica Española ha elegido Torralba para celebrar mañana una de las jornadas de su ‘Geolodía 2017’, excursiones guiadas de contenido "riguroso y divulgativo" que realizan por todo el país a “lugares interesantes” para “acercar a la sociedad” esta ciencia y la profesión del geólogo y concienciarla de la “importancia y necesidad de proteger este patrimonio”. Además, coincidirá con la 'II Marcha de Primavera' —actividad del programa ‘Cuencleta’ de la Asociación de Alumnos Eslabón del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Lucas Aguirre de Cuenca que también organiza la Asociación Torrealba— por lo que realizarán dos recorridos, uno por la mañana hasta la mina de lapis specularis ‘Pozolacueva’ —cuya segunda fase de rehabilitación terminó recientemente, aunque aún no está abierta al público (ver Alcarria Es Más, 8 de abril de 2017)— y, después de la comida, otro hasta la zona donde se realizaron los trabajos en busca de petróleo.
Por la mañana, el trayecto llegará hasta la mina de lapis specularis 'Pozolacueva'.
En el primero, los geólogos abordarán la formación del paisaje a lo largo de milones de años, haciendo hincapié en la creación de los páramos y alcarrias tan característicos de este entorno, y de los cristales de yeso o espejuelo con una demostración en vivo de cómo se trabaja este material por parte deEmilio Guadalaraja, miembro de la Asociación Lapis Specularis. En el segundo, explicarán cómo se genera el petróleo, las razones por las que se buscó en esta zona y cómo se desarrollaron los sondeos.
Toda la información en 'Cuencleta'.
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