Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
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Estación de tren de Cuevas de Velasco que será rehabilitada. Foto: www.cuevasdevelasco.blogspot.com.
M. Raspal Jorquera
El 12 de julio de 1883 el tren llegó por primera vez a Cuenca capital con la apertura de la línea ‘Aranjuez-Cuenca’, que en 1926 se prolongó hasta Utiel (Valencia). Dadas las dificultades del trazado, la construcción de la red fue lenta y en dos periodos, por lo que los edificios de las estaciones eran muy diferentes en ambos tramos, quedando el conquense “totalmente serializado” por la “política de estandarización” de la ‘Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante’ (MZA), de la que dependía la línea desde 1885. Según explica la Federación Castellano-Manchega de Amigos del Ferrocarril, las estaciones fueron clasificadas en distintos órdenes y a cada uno correspondió un tipo de edificio de viajeros, de muelles y de urinarios, con dimensiones en función de su importancia. La principal de Huete con construcciones de 32x10m con patio de viajeros y muelles de 20x8m; las de Paredes, Caracenilla, Cuevas de Velasco y Chillarón (edificios de 14,20x8,2m) y, por último, las de Vellisca, Castillejo del Romeral y Villar del Saz Navalón (11,9x5,9m y muelles de 10x6m).
El muelle cubierto de la estación de Huete está catalogado como bien inmueble protegido por Adif. Foto: www.santaquiteriahuete.com.
Sin embargo, de aquellas bellas construcciones solo dos sobreviven en la Alcarria conquense, la de Huete —cuyo muelle cubierto está catalogado por Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) como bien inmueble protegido— y la de Cuevas de Velasco, en un avanzado estado de deterioro. Para rehabilitar esta última —junto con otras siete de la provincia—, la Diputación de Cuenca ha puesto en marcha el ‘Plan de Recuperación de Antiguas Estaciones de Ferrocarril’ como elementos de “dinamización” de los municipios. Aunque la institución debe consensuar el proyecto con Adif (propietaria de los inmuebles) ha presupuestado 170.000 euros en este ejercicio, con la idea de que tenga continuidad en próximas anualidades.
El edificio desaparecido de la estación de Caracenilla. Foto: www.caracenilla.com.
El uso que se dará a estos edificios tendrán que decidirlo los propios pueblos, tal y como expuso el presidente provincial, Benjamín Prieto, en la reunión que mantuvo con los alcaldes afectados. El de Cuevas de Velasco, Santiago de la Cruz Aliaga, ha explicado a esta redacción que está recogiendo las propuestas de los vecinos, siendo la que apuesta porque albergue un centro de interpretación etnográfico del patrimonio de la localidad la que más fuerza tiene. Por ello abogan también desde el ‘Blog de Cosas de Cuevas de Velasco’, donde los vecinos han venido denunciando —además de en la revista ‘El Otero’— el “expolio”, “deterioro” y “abandono” en el que ha permanecido el edificio de la estación durante los últimos 21 años.
El edificio de la estación de Cuevas de Velasco se encuentra muy deteriorado. Foto: Jabier Suárez en www.cuevasdevelasco.blogspot.com.
Como explican en este portal, fue inaugurada el 5 de septiembre de 1885, aproximadamente a un kilómetro de la población, con la esperanza de que el ferrocarril fuera el “gran revulsivo” de la economía local y sacara del “ostracismo de siglos” a estos pueblecitos, uniéndolos mediante el “poderoso cordón umbilical” del tren a las grandes ciudades y a los centros industriales pues desde allí partieron muchos en su “primer viaje de exploración del mundo exterior” a Cuenca o a la feria de Huete. Aunque sí llevó al pueblo “ciertos aires de modernidad”, un siglo después de su llegada comenzó el “imparable éxodo rural” que acabó con todas sus expectativas de desarrollo hasta que en 1995 fue cerrada definitivamente.
Estación de tren de Vellisca antes de ser derruida. Foto cedida por Félix Marín.
Peor suerte corrieron las estaciones alcarreñas de Vellisca, Caracenilla y Castillejo del Romeral, derruidas hace más de 30 años y hoy convertidas en simples apeaderos, aunque solo el último se mantiene operativo pues en 2013 Renfe suprimió las paradas en todos los municipios de la línea que, según sus estadísticas, no llegaban a una media de un viajero al día. Gracias a la lucha vecinal y consistorial, Castillejo del Romeral recuperó el servicio en 2014, eso sí, solo los viernes, sábados y domingos y “bajo demanda”, es decir, tras la petición previa de los usuarios, igual que lo mantiene Cuevas de Velasco (ver Alcarria Es Más, 8 de abril de 2015).
Una máquina chocolatera llegando a la estación de Castillejo del Romeral, derribada en 1978. Foto de Luis Puerta.
Luis Puerta, ex alcalde de este municipio, recuerda que la estación era un lugar de “obligado paseo” en época de fiestas y que constaba de vía doble, una para recibir el cruce de trenes y otra para cargar o descargar los productos o animales desde el muelle pues a ella llegaban los ganados de la trashumancia que iban desde la sierra de Beteta a Andalucía. El edificio constaba de un solo piso y en ella vivían el jefe de estación y el factor. No tenía agua corriente ni luz eléctrica pero sí unos “bonitos servicios o wáteres” gracias al depósito de agua potable que se extraía con una bomba manual al lado del inmueble. Puerta aclara que fue destruida en el año 1978 por el precio de 250.000 pesetas y que algunas personas robaron los sillares que habían quedado abandonados en el muelle y todavía quedan restos del almacén de herramientas de los obreros que bajaban desde el pueblo a trabajar a la vía.
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Las 'Estaciones Vivas' de Orense como referente 
Manuel Baltar acompaña a Benjamín Prieto en su visita a la estación rehabilitada de Santa Cruz de Arrabaldo. Foto: Diputación de Orense. Gracias al proyecto 'Estaciones Vivas’, estos edificios orensanos acogen ahora a otro tipo de viajeros, los que se interesan por los museos, albergues, el ocio y la cultura de la zona, un modelo de promoción turística que el presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto, se acercó a conocer de cerca con su homólogo de Orense, Manuel Baltar. Este destacó el éxito que están teniendo en la provincia las iniciativas que relacionan el ferrocarril y el turismo, como los trenes termales o del vino, con una ocupación del 100%. Así, la estación de Santa Cruz de Arrabaldo acoge el 'Museo del Traje Tradicional Gallego' y la 'Fundación Estanislao Reverter' (emblemática figura del automovilismo), mientras que la de Os Peares cuenta con un aula del ferrocarril y la de Baños de Molgas alberga el 'Museo Moncho Borrajo', además de un albergue que ofrece campamentos temáticos de inmersión en lengua inglesa y actividades de ocio y formativas en creatividad audiovisual. Con todo ello, según Baltar, potencian la “marca de un territorio", en base a “algo tan sólido como la especialidad, la tradición y la satisfacción” del visitante, ofreciendo "instalaciones pero también sensaciones”. |
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