Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
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Carol y Nines son dos de las voluntarias más comprometidas que velan por el buen estado de las colonias.
Mónica Raspal Jorquera, enviada especial a Carrascosa del Campo
Desde octubre del año pasado, Nines, Carol y Sara recorren, dos veces a la semana, las calles de Carrascosa del Campo para atender las necesidades de las seis colonias felinas que tienen controladas en solo una parte del pueblo. Para llegar cubrirlo entero necesitarían más colaboración en todos los sentidos porque, aunque la Asociación Defensora de los Animales y el Medio Ambiente Colorín Colorado, que constituyeron para desarrollar esta labor, cuenta con unos 18 miembros —mayoritariamente mujeres—, no todos pueden implicarse de la misma forma y sus fondos económicos, por el momento, también son limitados.
Las instalaciones se ubican en zonas públicas apartadas y con poco tránsito de gente.
Como pudo ver esta redacción acompañando a Nines y Carol en su tarea, han instalado refugios fabricados con material reciclado (como la carcasa de una lavadora, tablas y restos de tejados) en zonas públicas apartadas y con poco tránsito de gente autorizadas por el Ayuntamiento para que los gatos se alimenten y duerman resguardados de las inclemencias meteorológicas —gracias a ellos muchos sobrevivieron a la borrasca Filomena—. Además de mantenerlos limpios, ellas se ocupan de suministrarles pienso y agua y, lo más importante, de velar por su salud facilitándoles los tratamientos veterinarios que necesitan, principalmente la castración y desparasitación —que después continúan cada seis meses para que siempre estén al día— en el Centro Veterinario 'Animaleando' de Tarancón, que les hace un precio especial. Asimismo, ofrecen en adopción a los más jóvenes y a los adultos amistosos (ver Alcarria Es Más, 10 de noviembre de 2021).
Los refugios y comederos los han fabricado con material reciclado.
Aplican el conocido como método C.E.R. (siglas de captura, esterilización y retorno a su colonia), un sistema recomendado por Organización Mundial de la Salud (OMS) como “propuesta de convivencia entre especies” pues "mejora la calidad de vida de los felinos y su relación con el entorno y las personas" que les rodean. Es así porque permite el control de esta población y lo facilita sobre otras como las de roedores o insectos, reduciendo los evidentes riesgos de salud pública.
Reposición de comida en los refugios.
Según explicaron a la redactora de este portal durante su visita, ya han esterilizado y desparasitado a 27 gatos —unos 4 ó 5 al mes— y han conseguido dar en adopción de 15 por lo que consideran que están realizando una labor social en beneficio del municipio, evitando gran parte de la reproducción descontrolada. Creen que el compromiso y la constancia son básicos en esta tarea, que también conlleva censar a los felinos (todos tienen nombre y fichas de seguimiento, incluidas las adopciones), contactar con los alimentadores para que no les den comida en lugares que no sean las colonias (evitando la casera que se puede poner mala), pedir a los propietarios de gatos que les identifiquen para que no sean erróneamente capturados y concienciar a la población en general, pues señalan que no todos lo entienden y muchos incluso se muestran reticentes, aunque todo lleva su tiempo.
Uno de los felinos dado en adopción con dos ejemplares de la revista de la Asociación.
Para conseguir este último e importante objetivo resulta fundamental el trabajo de visualización y difusión a través de las redes sociales (tienen un grupo de Facebook y un perfil de Instagram) y de la revista trimestral 'Colorín Colorado' que publican en papel, no solo con contenido informativo sobre la Asociación sino con una amplia y variada temática (el nº 4 pronto verá la luz). La venta de esta y sus anunciantes suponen una parte de su financiación, que completan con la cuota trimestral de socios, la venta de productos artesanales, las donaciones (en su cuenta bancaria de Globalcaja ES40 3190 1058 6453 5704 1614 o a través de la plataforma Teaming) y las subvenciones de los organismos públicos (han solicitado una a Medio Ambiente). Y es que, pese a que comenzaron con los fondos que les traspasó el disuelto club de la localidad ‘Salvemos el planeta’ y otra cantidad cedida por la Asociación 'Alegría’ de Tarancón, les preocupa de cara al futuro no tener ingresos suficientes para poder seguir sosteniendo su actividad actual.
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10.000 años de convivencia 
Gata carrascoseña de una de las colonias. El hombre y los felinos conviven desde hace unos 10.000 años reportándose beneficios mutuos. Según el ADN encontrado en excavaciones arqueológicas, los orígenes del gato doméstico se sitúan junto a los primeros agricultores de Oriente Medio y Egipto, donde les veneraban como a manifestaciones de la diosa Bastet o Bast, gata protectora de lo humanos y del hogar y proveedora de la felicidad y la armonía. Ya entonces creían que este animal defendía las cosechas de la acción de otros animales y, a cambio, encontraba alimento y cobijo. Pero en la actualidad los gatos dependen enteramente de los recursos que les proporciona el hombre y muchos se ven obligados a malvivir en las calles de pueblos y ciudades, lo que algunos conciben como origen de problemas pese a que el maltrato y el abandono de un animal es un delito en muchos países —y en algunas comunidades autónomas españolas como Castilla-La Mancha— y este se puede hacer por acción u omisión. 
Muchos gatos se ven obligados a malvivir en las calles de pueblos y ciudades. Sin embargo, en lugares como el Museo Hermitage de San Petersburgo viven varios felinos encargados de custodiar las instalaciones de la gran pinacoteca y de mantenerla libre de roedores, mientras que en Roma están cuidados y protegidos por su consideración como ‘Patrimonio de la Ciudad’, ya que en el pasado la salvaron de una epidemia de peste comiéndose las ratas. De hecho son los únicos a los que se les permite que se suban a cualquier ruina romana. Por su parte, el Ayuntamiento de Estambul cuenta con un presupuesto para el mantenimiento de albergues e instalaciones donde los gatos callejeros pueden pasar la noche y alimentarse —muy recomendable el documental ‘Kedi’—. En España, aunque muchos consistorios tienen en vigor normas que prohíben alimentar a las colonias felinas, otros como el de Valladolid expiden carnés oficiales a los alimentadores y los de Logroño y Yecla (Murcia) han puesto en marcha programas de gestión y control de colonias. |
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