Antiguo Centro de Recuperación de Fauna Salvaje y Vivero Forestal en el Monte Ardal.
Redacción/Información y fotos de Antonio Matea
El Ayuntamiento de Albendea considera que la gestión municipal del Monte Ardal situado en su término —de titularidad pública y en manos de la Junta de Castilla-La Mancha—, redundaría en la "mejora de las condiciones de vida de los vecinos" pues se crearían nuevos puestos de trabajo, como los que tuvo a mitad del siglo pasado, cuando decenas de personas se dedicaban a la repoblación forestal, a la tala de madera, a la extracción resinera, a la explotación apícola o a las labores propias del Vivero Forestal y del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre que existían entonces. Pero además de una “mejor y más racional explotación maderera”, la “intensificación del aprovechamiento apícola” y la “posible explotación resinera de los pinos” —una “industria abandonada” que muchos municipios han reimplantado en sus montes como alternativa a la despoblación— cree que se ejercería un “mayor control sobre la fauna cinegética” y que se podrían habilitar senderos y rutas turísticas, conjuntando historia y naturaleza, para contribuir a la promoción del pueblo como destino turístico. En definitiva, el consistorio asegura que la puesta en valor de esta importante fuente de recursos naturales sería “una salida y una oportunidad” para el pueblo y su entorno.
La casa forestal, actualmente abandonada y usada como lugar de botellón.
Según un escrito redactado por Antonio Matea (autor de ‘El Diario de Albendea’) y enviado a esta redacción por el alcalde de la localidad, Luis Enrique Pérez Bueno, en un simple paseo por el terreno es palpable “el deterioro y abandono” del monte así como el “mal estado y la ruina” de los edificios que se encuentran en sus límites. Se trata de la casa forestal, bello inmueble de dos plantas y “centro neurálgico” del monte, convertido en “lugar de botellón”, y del que albergó el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, “sin uso alguno, a pesar de tener unas importantes instalaciones” y “condenado irremisiblemente a la ruina y al olvido”. Incluso la pista forestal que lo recorre, antes asfaltada, se encuentra “salpicada de numerosos socavones que hacen dificultoso el tránsito de vehículos”. En cuanto a la explotación maderera, aseguran que las “zonas de pinos arrasadas por talas irracionales” se combinan con “selvas enmarañadas en las que es imposible penetrar”.
A su juicio, el Monte Ardal es el “gran pulmón verde” de Albendea y la comarca pues en sus 669 hectáreas habitan numerosas especies arbóreas (carrascas, robles, fresnos, enebros, chopos, olmos, avellanos, pinos, bojs y gayubas) u una variada fauna (corzos, ciervos, gamos, jabalíes, turones, tejones, garduñas, zorros, nutrias, águilas reales, perdiceras y culebreras, búhos reales, lechuzas, murciélagos y un largo etcétera). También es un lugar cargado de historia, con un asentamiento celtíbero en sus límites, en el llamado Cerro del Castillo, una necrópolis visigoda a un centenar de metros y numerosas pistas de habitáculo en las covachas cercanas a los ríos Guadiela y Escabas. Sin olividar la Ermita Mausoleo de Llanes (en imagen) declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2008.
Mausoleo de Llanes, situado cerca del Monte Ardal. Foto: Alcarria Es Más.
Aunque aparece inscrito en el Registro de la Propiedad de Huete como monte público del Patrimonio Forestal del Estado en 1948, con la creación de las Comunidades Autónomas se transfirió su gestión a la Junta. Sin embargo, es histórica la reivindicación del Ayuntamiento de Albendea sobre la titularidad y dominio de este monte, pues consta en varios documentos municipales de 1785, 1806, 1816 y 1830 su pertenencia y explotación, aunque probablemente fueron los procesos de desamortización civil llevados a cabo a mediados del siglo XIX los que impulsaron al Estado a hacerse con el control “sin consentimiento” del consistorio ni de los vecinos.
En 2013, la Corporación Municipal inició una reclamación sobre la titularidad dominical con el fin de darle un uso público para que la población se beneficiasen de su gestión y explotación ya que actualmente el Ayuntamiento no obtiene ningún provecho ni tributación por las licencias de actividades que se realizan ni por los edificios instalados, como se estipula legalmente, y por las que sí han de tributar el resto de ciudadanos. Esta circunstancia ha sido denunciada por el actual alcalde de la localidad, Luis Enrique Pérez Bueno, quien ha solicitado una reunión a la Junta de Comunidades y a la Diputación Provincial de Cuenca para tratar este asunto, así como la “necesaria recuperación” de las áreas recreativas situadas junto a la zonas de baño de ‘Cueva Tomás', en el cauce del río Guadiela (ver Alcarria Es Más, 2 de julio de 2020) habiendo recibido hasta ahora “la callada por respuesta”.
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