Mónica Raspal/Maite Orozco. Fotos de Jesús Virgilio Martínez
Antes de la Guerra Civil, los abuelos de Jesús Virgilio Martínez ya amasaban y cocinaban el pan para su venta en Leganiel aunque durante la contienda se permitió el pago con unos papeles que nunca fueron cambiados por dinero. Incluso su abuela tenía también un horno moruno, muy habitual en aquella época, que permitía cocer el pan y hacer bollos en casa.
Sus padres recogieron en testigo y en la actualidad la ‘Panadería y Bollería Virgilio’ —con despacho en Leganiel y Barajas de Melo— mantiene no solo el peculiar logotipo diseñado en 1975, sino también la ubicación en el mismo edificio desde hace 58 años, donde la ya tercera generación de artesanos panaderos continúa cocinando en un horno de leña que, según relata como anécdota y por esas coincidencias del destino, fue reparado hace algún tiempo por el biznieto del constructor original. Parece que no son los únicos que llevan en oficio en las venas.
Virgilio también conserva las recetas de bollos de su madre, aunque explica que la fabricación de bollería es reciente, de finales de los años 70 y principios de los 80, pues antes lo habitual era que cada vecino hiciera sus bollos en casa, especialmente magdalenas o tortas, y los llevara cocer al horno, como si fuese comunitario. En muchas casas todavía conservan las bandejas de lata que usaban para ello. Sin embargo, aclara que no era habitual el consumo de estos productos más allá de los elaborados para la matanza y las fiestas patronales, cuando tradicionalmente las mujeres hacían lo que denominan “el untao” y también la "torta de chicharrones" para la que aprovechaban todo, con la manteca como ingrediente principal —hoy las siguen haciendo pero con esta muy depurada y limpia—.
‘Panadería y Bollería Virgilio’ es uno de los establecimientos que se ha sumado a la iniciativa #ComparteAlcarria #ConsumeAlcarria’ impulsada por Maite Orozco Calvo-Diseño para negocios rurales y con el portal informativo Alcarria Es Más como plataforma principal. El objetivo es dar conocer y difundir los negocios rurales y promover así el tejido económico de nuestra comarca utilizando las herramientas que nos proporcionan las redes sociales y otras como el buscador Google, que permite geolocalizar las empresas para situarlas así en el mapa, y darles visibilidad.