Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
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La alcaldesa, los concejales y algunos vecinos autogestionan el bar de Buciegas.
Mónica Raspal Jorquera
Termina el verano y los pueblos de la Alcarria conquense que durante estos meses han visto multiplicada su población recuperan el ritmo habitual con “los de siempre”, esos escasos vecinos permanentes que, sobre todo durante los meses de invierno —cuando se deja de salir a “tomar el fresco”—, a veces solo se encuentran por la mañana comprando el pan, algunos en la misa de los domingos y a diario en el bar, si es que cuentan con al menos uno abierto. En caso de que no sea así, “peligra el ya de por sí escaso tejido social del municipio”. Por eso en Buciegas, con 40 habitantes censados según el INE de 2018 pero muchos menos viviendo de forma habitual, los concejales del Ayuntamiento, ayudados por “gente del pueblo con buena voluntad”, llevan unos meses gestionándolo para sacar adelante este “servicio social” después de que dejara de regentarlo su anterior alcalde. Según ha explicado a esta redacción su sucesora en el cargo, Rosa Carabaño, el bar en esta localidad, situado en un local municipal, es una actividad económica que requiere mucha presencia pero cuyos beneficios son “muy puntuales” y, con solo entre cuatro y siete clientes durante el invierno, no llegan ni para cubrir los gastos.
Los vecinos de Buciegas reunidos en el bar.
Aunque desearía poder adjudicarlo “a coste cero o por una cifra simbólica”, ve muy complicado encontrar a alguien que quiera hacerse cargo porque la cuota de autónomo es la misma que para cualquier actividad económica en cualquier lugar de España. En su opinión, se trata de otro ejemplo más del “gran hándicap” al que se enfrentan los pueblos pequeños, que tienen que atenerse a la misma legislación que el resto del territorio nacional. En cuanto a la vivienda de los posibles interesados, asegura que sí podrían ofrecer alguna con un “alquiler barato” pues ve muy difícil que el consistorio asuma también ese coste.
Ayuntamientos y asociaciones, "ONGs que mantienen servicios básicos"
Por el momento, los fines de semana ella y sus compañeros del consistorio siguen poniéndose tras la barra, aunque su idea es crear un Comité de Voluntarios que se encargue de llevarlo, adelantando el Ayuntamiento la compra de la bebida. Se trata de una solución de urgencia para no cerrar este “lugar de encuentro y reunión” pues apunta que, al igual que la Asociación Cultural ‘Amigos de Buciegas’ —que atrae gente al municipio con las actividades que realiza—, estas entidades se han convertido en ONGs que mantienen servicios básicos a base de mucho esfuerzo y buena voluntad ya que “nadie se ocupa del día a día de los pueblos” aunque se hable mucho de políticas contra la despoblación. Con el mismo objetivo, Carabaño se ha reunido recientemente con el presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana, quien le ha prometido su colaboración para construir un centro social que permita a sus vecinos tener un lugar donde asentar el tejido asociativo de la localidad.
El bar de Saceda-Trasierra en Antena 3 Noticias.
También en esta comarca, Saceda-Trasierra (38 habitantes censado, unos 10 viviendo) y Salmeroncillos de Abajo (92 vecinos) han temido por el cierre de sus únicos bares —ambos de titularidad municipal— tras la temporada de verano. Gracias a la aparición del primero en dos televisiones —una televisión de ámbito nacional, Antena 3—, su consistorio ha recibido llamadas de muchísima gente interesada —ya tiene adjudicatario— por un negocio que también hace las veces de tienda y panadería y que, aseguran, sí arroja beneficios por el aumento de población que lo frecuenta los fines de semana. El Ayuntamiento ha ofrecido al nuevo propietario vivienda gratis durante el primer año y por entre 100 y 150 euros mensuales desde el segundo.
El bar de Salmeroncillos de Abajo en Noticias CMM.
Por su parte, el consistorio de Salmeroncillos de Abajo no cobra ni alquiler ni gastos de luz ni agua a quien ya se ha hecho cargo de este “recurso de ocio del pueblo”, que consideran una oportunidad laboral de la que puede vivir a una familia pues todas las actividades que habitualmente organizan en el pueblo para movilizar a vecinos y visitantes giran siempre en torno al bar.
Peor suerte ha corrido Portalrubio de Guadamejud, cuyos habitantes se volvieron a quedar sin este servicio el pasado 8 de septiembre, tras mes y medio abierto de forma temporal. También se trata de un local municipal y su Ayuntamiento pide un pago anual de 200 euros al año (IVA incluido) y otros 250 euros para colaborar con la Asociación Cultural durante las Fiestas de San Roque, según el pliego de condiciones. Por el momento, el local solo se abre para la partida de la tarde pero los vecinos no están a favor de la opción de autogestionarlo durante todo el año. Solo la Asociación lo hace para los eventos que organiza en los puentes y otras épocas señaladas.
El bar de Portalrubio, cerrado a la espera de dueño.
Según la información recibida por esta redacción, Castejón es otro de los municipios de la comarca que puede quedarse sin ningún bar a partir de enero por jubilación de sus propietarios —aunque en este caso se trata de un negocio de titularidad privada— y muy cerca de la Alcarria conquense, en Loranca del Campo recuerdan que hace años que no disfrutan de este punto de encuentro vecinal pues el consistorio de Campos del Paraíso no tiene ningún local habilitado para su adjudicación como tal. Desde su Asociación Cultural se muestran dispuestos a colaborar con el Ayuntamiento para sacar adelante algún proyecto que permita atraer algún pequeño negocio local de este tipo que siga manteniendo el pueblo vivo. En Valparaíso de Abajo sí contaban con él y con mucha actividad hasta hace muy poco pero su titular decidió dejarlo y el mismo consistorio avanza que sacará en breve la convocatoria para ofertarlo.
No hay que olvidar que la Diputación de Cuenca convoca unas ayudas anuales para ayudar al mantenimiento de la estructura comercial básica en municipios de menos de 250 habitantes que suelen rondar los 1.000 euros.
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