Redacción
Desde el próximo martes, 17 de septiembre, la campana de la Torre del Reloj de Huete volverá a marcar el ritmo de la vida de los vecinos sonando como antaño en todas las horas en punto de nueve de la mañana a once de la noche, dando además un solo toque en las medias. Tras pasar unos seis años prácticamente enmudecida —y los 35 anteriores funcionando “a medio gas”— la Asociación Cultural Ciudad de Huete ha contactado con un campanero profesional para instalar un electro-mazo nuevo, separarla del antiguo —que no permitía una correcta vibración y apagaba su sonoridad— y realizar los ajustes necesarios para su sujeción. Como explican en su página web, esta entidad previamente ha conseguido del Ayuntamiento optense la cesión temporal de un inmueble que alberga “una de las torres de reloj más emblemáticas de la comunidad” y ha iniciado un expediente de para solicitar una subvención europea LEADER al Grupo de Acción Local (GAL) CEDER Alcarria Conquense. Según la resolución de esta ayuda, se plantean incluso la posibilidad de acometer una restauración integral de toda la torre.
Detalle de la inscripción de la campana. Foto: Asociación Cultural Ciudad de Huete.
Según aclaran, Huete tuvo reloj municipal desde la Edad Media, primero en el torreón de muralla de la Cuesta del Mercado y desde el siglo XVII en la actual ubicación. Dado que la torre se encontraba en estado ruinoso, a mediados del XVIII el consistorio se decidió a edificar una nueva diseñada por Fernando López, arquitecto de la ciudad de Cuenca. Este artista —y el constructor Francisco de Toledo— realizaron una “obra magistral" del periodo de transición entre el Barroco tardío y el Neoclasicismo que incorpora “elementos académicos como los frontones triangulares” y elimina “cualquier ornato innecesario”, conservando la esencia barroca en su estructura cóncavo-convexa. Poco después de terminarla, en 1810 fue fundida la campana actual de 88 centímetros de diámetro y afinada en la nota musical sol. En ella hay una inscripción con letras góticas que recoge su nombre, ‘Jesús, María y José’ y una serie de relieves en los que aparecen, entre otros, San Jorge matando al dragón y la Virgen acogiendo almas.
Sin comentarios