Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense

PATRIMONIO Y TURISMO

Jabalera recuperará las cuevas de elaboración tradicional del vino en el monte 'El Robledal' como recurso cultural y turístico

Adecuarán 2 para visitas y mejorarán el entorno y accesos, señalizando el recorrido con postes y paneles, según el proyecto planteado por el anterior alcalde de El Valle de Altomira y adjudicado recientemente

Este bien patrimonial y etnográfico se ubica en un marco natural "privilegiado" y se sumará a otros ya puestos en valor como el yacimiento La Cava de Garcinarro, las iglesias y ermitas o la Sierra de Altomira

Foto del estado actual de dos cuevas incluida en el proyecto de ejecución.

M.R.J.

Recuperar y poner en valor las tradicionales cuevas de elaboración del vino para “mejorar el conocimiento e interpretación de su carácter etnográfico como recurso turístico” es el objetivo del proyecto de adecuación medioambiental que se desarrollará en el entorno del Monte de Utilidad Pública ‘El Robledal’ de Jabalera. Este fue propuesto por Antonio Fernández Odene, anterior alcalde de El Valle de Altomira —municipio al que pertenece Jabalera, junto con Garcinarro y Mazarulleque—, aunque las obras han sido adjudicadas por el actual Ayuntamiento el pasado 8 de octubre a la empresa Carpetania Integra por un importe (sin impuestos) de 62.237 euros —cofinanciado en un 88% con fondos europeos LEADER gestionados por el Centro Desarrollo Rural CEDER Alcarria Conquense— y un plazo de ejecución de máximo 6 meses, según consta en la Plafatorma de Contratación del Estado.

Se trata de un complejo de más de una decena de cuevas excavadas en la cara norte de un cerro testigo en la ribera del río/arroyo Jabalera, con un estrato inferior de roca arenisca, otro nivel de arcillas rojizas y, finalmente, un tercero de arcillas y yesos, incluso con espejuelo (lapis specularis). En el proyecto de ejecución de la primera fase se explica que las entradas de todas las cuevas están construidas en mampostería y yeso y reforzadas mediante encofrado de yeso, aunque “existen diferencias en entidad y técnicas constructivas observables” entre ellas. En su interior se ven los huecos para tinajas y en las paredes para disponer lucernas, además de algunas puertas que indican que algunas se intercomunicaban. A diferencia de otros conjuntos de cuevas de la provincia, destaca que este se encuentra fuera del área del pueblo, en un cerro independiente y alejado, aunque el estado de conservación no es muy bueno y muchas está “derrumbadas o anegadas de tierra intencionalmente”.

Ubicación de las cuevas (en color naranja) según este plano del proyecto de ejecución.

Por ello, este proyecto de investigación, rehabilitación y musealización pretende mejorar el acceso para visitantes desde el camino hasta las mismas cuevas, generando un recorrido circular entre ellas señalizado con postes y paneles que incluyan planos del recorrido e información sobre la producción y el uso tradicional que tuvieron. Asimismo, limpiarán de escombro y adecuarán dos de las cuevas para consolidarlas y hacerlas accesibles en condiciones de seguridad —protegiéndolas también con una cancela—, todo bajo control arqueológico para no desvirtuar la morfología o los materiales originales de cada espacio. Ante la imposibilidad de iluminarlas con luz por su distancia al pueblo, las visitas se realizarán mediante equipos autónomos para los visitantes (frontales en los cascos obligatorios).

Hay que tener en cuenta que se trata de un bien patrimonial inserto en un “entorno privilegiado y complementado con más elementos arqueológicos que amplían y enriquecen los contenidos expositivos y, por consiguiente, el tiempo de su visita”, sumándose a otros bienes ya puestos en valor en la zona como el yacimiento La Cava de Garcinarro, las iglesias y ermitas o la Sierra de Altomira. Todo conforma una “amplia oferta” que puede animar a los turistas a pernoctar en los pueblos y no a visitarlos solo “de paso”. Y es que estas acciones de protección, conservación y exposición de los bienes arqueológicos-etnográficos del campo alcarreño buscan convertirlos en “un recurso turístico, cultural y económico que contribuya a dinamizar el desarrollo” con la obtención de “beneficios directos a corto plazo” mediante el cobro de entradas por las visitas guiadas “gestionadas desde el propio municipio” y con la creación de empleo directo para las constructoras locales o los guías e indirecto para los negocios hosteleros y de servicios.

El documento añade que “la arqueología como ciencia que ayuda a conocer las raíces de cada pueblo, sus habitantes en tiempos pretéritos y sus sistemas de vida” puede ayudar a un aumento del nivel de conocimientos y con ello “potenciar el establecimiento de una identidad cultural entre sus habitantes que les conciencie sobre la conservación y protección de su patrimonio y los involucre en el desarrollo sociocultural y económico”.

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