Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
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Edifidio municipal en el que se hubica el espacio para coworking. Foto: Vive Cañaveras.
Mónica Raspal Jorquera
El espacio de coworking (oficina compartida) con conexión a Internet que a finales de junio de 2020 puso a disposición de sus vecinos el Ayuntamiento de Cañaveras consiguió que el pasado verano muchos visitantes permanecieran más tiempo en el pueblo, su objetivo principal según el concejal Salvador Perales Morillas, aunque a medio plazo también quieren que ayude a fijar población. Según ha explicado a esta redacción, aunque su idea inicial fue mantenerlo abierto hasta finales de agosto, finalmente decidieron dejarlo de forma ininterrumpida por si había gente interesada. Salvo que tengan que utilizar ese centro municipal para otras tareas, asegura que siempre está disponible para quienes lo necesiten y avanza que la próxima semana volverán a publicitarlo en las redes sociales para que quienes se acerquen a la localidad estos meses aprovechen a pasar más tiempo.
El concejal señala que el espacio cuenta con 6 puestos habilitados que se pueden ampliar hasta 8 ó 9 en el edificio anejo al mismo aunque ha habido ocasiones en que miembros de la misma familia compartieron posiciones cuando hubo gran demanda algunas semanas del pasado verano. Durante este atendió a 16 personas diferentes con una ocupación media de un 75%, aproximadamente. El perfil de usuarios en ese periodo fueron trabajadores de entre 30 y 50 años que no residen de forma permanente en el municipio pero tienen vivienda en el mismo y quisieron alargar su estancia. “De no haber existido este espacio deberían haber trabajado en sus lugares de origen o haber contratado Internet en sus domicilios del pueblo, complicado y caro por la poca oferta y la lentitud de la red”, apunta.
El resto del año Perales añade que se han sumado otras 12 usuarios —dos chicos de forma continuada desde octubre uno y desde noviembre el otro—, principalmente estudiantes universitarios que retrasaron su incorporación presencial a las clases o que temporalmente tuvieron las clases presenciales suspendidas, aunque también algún trabajador e incluso algún vecino para concentrarse mejor que en casa durante el periodo de cierre perimetral de la comunidad entre noviembre y mayo. Uno de esos universitarios se ha quedado a vivir de forma permanente en Cañaveras, la única persona en edad laboral pues el resto son mayores ya jubilados dado que es ifícil que los dos miembros de una pareja puedan teletrabajar de forma más o menos continuada y el cierre perimetral ha impedido que muchos pudieran acercarse. Sin embargo, con el fin de este y la cercanía del estío, el concejal apunta que la ocupación del espacio de coworking ya ronda entre el 50 y el 75% y con una alta demanda para los próximos meses.
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