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Mónica Raspal Jorquera
“No iba a ser un libro este repleto de números. Prefería las palabras. Prefería las vivencias de esa gente que conforma las estadísticas”. El periodista Denis Escudero Muñoz cumple con esta declaración de intenciones del prólogo de su libro dejando hablar a los protagonistas de los ocho pueblos con muy pocos habitantes escogidos como ejemplo de ‘La España que abandonamos’, entre ellos Portalrubio. Es su forma de narrar la del visitante dispuesto a observar, escuchar y sorprenderse, con la mirada limpia de ideas preconcebidas que confirmen titulares ya escritos en su mente. En un momento en el que es habitual el uso de expresiones como ‘España vacía o vaciada’ para referirse a estos municipios, el autor rechaza utilizar ambos conceptos en las páginas de su obra pues considera que es poner el acento solo en las personas que se fueron, dejando de lado a las pocas que se quedaron, por lo que ni siquiera se encuentran vacíos del todo. Escudero quería darles voz con nombres y apellidos, contar algunas de sus historias, las que sucedieron pero también las que continúan escribiendo...para que sean para siempre. “Como deberían ser los pueblos”, "porque dejar que desaparezcan es abandonarnos un poco nosotros mismos", afirma.
Con la intención de escucharles, el periodista recorrió más de 2.200 kilómetros durante seis días junto a su amigo y fotógrafo Pedro Rolán (ver Portalrubio Es Más, 27 de abril de 2020), pero también se ha documentado para contextualizar la situación pasada y presente de cada localidad, su comarca y provincia con datos históricos y demográficos. No son muchos pero sí necesarios para situar al lector que nunca haya oído hablar de ellas. A partir de ahí, en el relato de cada capítulo el periodista nos invita a acompañarle por las calles de cada pueblo, a descubrir con él, gracias a sus prolijas descripciones, lo que encuentra (y a quien encuentra) a su paso. Pero en la mayor parte de sus líneas son los vecinos quienes hablan, con una sinceridad que inunda cada página. Veintidós de ellas ha dedicado a Portalrubio, municipio al que llegó después de visitar Trevejo y su castillo, en Cáceres, y antes de partir hacia La Estrella, el pueblo de Sinforosa y Juan, en Teruel.
En una narración que huye constantemente de una “inevitable” visión decadente y derrotista, contrarrestada con un tono melancólico y poético, Escudero realiza un fiel retrato de los cambios que ha experimentado la localidad, de sus pérdidas pero también de su lucha, de la resistencia que los portalrubieros siguen mostrando a ese buitre acechante que les observa desde el mural pintado en la fachada del Ayuntamiento, un buitre que el periodista utiliza como hilo conductor y metáfora del reto que enfrentan con cierto orgullo y rebeldía quienes ya no tienen nada que perder, porque ahora más que nunca tienen la vida encima de un canto, según reza el verso del paso de cebra...¿Acaso no la tenemos todos?
Los buenos reporteros son aquellos que buscan el mayor número de puntos de vista de la noticia. Y esa cualidad inherente al oficio es la que le ha ayudado a "fotografiar" cada pueblo desde todos los ángulos de un prisma que acaba conformando un retrato global de lo que parece un solo territorio marcado por el abandono colectivo (en primera persona del plural como el título). Y es que son precisamente sus particularidades y diferentes miradas las que les unen, como si finalmente todos formaran parte del mismo lugar. En Portalrubio hablan vecinos que emigraron a la ciudad y, ya jubilados, regresaron para quedarse o vuelven por temporadas y otros de distintas generaciones que nunca se marcharon. Las vivencias (y los silencios) de Pedro, Víctor, Félix, Concha, Sofi, Jesús (Susi) y Araceli (con su marido Luis), junto con el trabajo del Ayuntamiento, la Asociación Cultural e incluso esta página web son las piezas de un puzle que encajan a la perfección. Escudero titula este capítulo como ‘El pueblo que anhela la alegría de la juventud’ (uno de los carteles utilizados en el ‘Taller por la Repoblación’). Y anhelar es desear, atraer, querer...verbos que nada tienen que ver con la rendición o la derrota. No las encontraréis en unas páginas que solo destilan empatía y ternura.
*El autor ha donado un ejemplar de ‘La España que abandonamos’ para la Biblioteca Popular de Portalrubio que encontraréis en ella proximamente, pero si lo preferís ya podéis comprarlo online en www.laespañaqueabandonamos.com. Más información en sus perfiles de Facebook, Twitter e Instagram.
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