Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
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El arquitecto José Ángel Santos ha presentado el proyecto del nuevo Observatorio Astronómico de Bonilla.
Mónica Raspal Jorquera, enviada especial a Madrid
Una nueva construcción pequeña y sencilla en sus materiales pero con “cierta singularidad, personalidad y atractivo” sustituirá al antiguo edificio que albergaba el Observatorio Astronómico que la Agrupación Astronómica de Madrid (AAM), tiene en el término la pedanía optense de Bonilla, en una finca propiedad del Ayuntamiento de Huete con el que firmaron un contrato de cesión en 2010. Esta entidad cuenta con tres telescopios monitorizados y una estación de observación de meteoros, aunque actualmente no están plenamente operativos por el tornado que en marzo de 2013 destruyó parte de las instalaciones, levantando el techo móvil del inmueble principal. Este ya ha sido derruido y han comenzado las obras para elevar uno nuevo gracias a una ayuda europea del Programa LEADER gestionada por el Grupo de Acción Local (GAL) Ceder Alcarria Conquense que les permitirá realizar esta mejora de las instalaciones y los accesos internos pues la agrupación vive prácticamente de las cuotas de los socios y su actividad no solo no genera beneficios, sino que en ocasiones ni siquiera cubren gastos, tal y como contó en su día a esta redacción su presidenta, Araceli Lumbreras (ver Alcarria Es Más, 10 de julio de 2015).
El nuevo observatorio contará con un cuerpo trasero con una vertiente inclinada a un agua y otro delantero con dos niveles —en el superior estarán los telescopios y el inferior servirá de almacén— cubierto con una bóveda semicircular móvil que se deslizará por unos carriles metálicos y se podrá controlar en remoto para hacer las observaciones desde cualquier otro lugar, según explicó el arquitecto José Ángel Santos durante la presentación del proyecto en la sede de la AAM en Madrid.
Se trata de una construcción que busca aumentar la resistencia, de ahí su estructura externa y la forma curva de la bóveda, la más adecuada para afrontar fenómenos atmosféricos como la lluvia, el viento, la nieve y el hielo y salvar la visión con el pequeño cerro que tienen en frente para las observaciones hacia el norte. Sin embargo, Santos también aclaró que buscaban otra imagen y arquitectura, con cierta originalidad dentro de sus limitaciones —de ahí el color rojo—, ya que la Ley del Suelo de Castilla-La Mancha les impedía realizar grandes cambios respecto al antiguo edificio. Así, han mantenido la columna de hormigón de sección circular donde se apoya el telescopio, como punto de referencia para la obra de muros de ladrillo macizo aislantes con una ventana y puertas metálicas para aumentar la seguridad, aunque hasta ahora nunca han sufrido vandalismo. En cuanto a la cúpula, se encuentra en fabricación para montarla in situ la próxima primavera, que es cuando esperan finalizar los trabajos, si las condiciones meteorológicas lo permiten.
Entorno de la finca en la que se ubica el Observatorio Astronómico en Bonilla, pedanía de Huete.
El turismo astronómico como revitalizador de la comarcaEl arquitecto recordó que se trata de un entorno privilegiado por la escasa (casi nula) contaminación lumínica, a dos kilómetros de Bonilla —con 19 habitantes censados que no viven allí todo el año— y a 20 de Huete, lo que garantiza un buen cielo y unas excelentes condiciones para la observación del espacio. Pero también añadió que cuenta con un hándicap: el único acceso es un camino de tierra que se encuentra en malas condiciones y condiciona la llegada de los profesionales. Este pasa por un pequeño arroyo (el barranco de la Virgen) y en cuanto llueve un poco se convierte en “impracticable”. Aunque la reparación del camino que hay dentro de la finca está contemplada en el proyecto, la intervención en el otro es una demanda de la AAM desde hace tiempo y, pese a que tenían la promesa de que se ejecutaría este año por el momento no está contemplado dentro del nuevo plan especial conjunto de la Diputación de Cuenca y la Junta de Castilla-La Mancha.
La presencia de este Observatorio también actúa como un revitalizador de la comarca pues en él celebran todos los veranos ‘AstroBonilla: la fiesta de las estrellas’ una cita anual que se ha convertido en una “referencia imprescindible” para todos los amantes y aficionados a la Astronomía en nuestro país. Esta congrega en torno a 100 participantes, además de la población rural de los pueblos de la zona que pueden participar en las actividades y talleres que programan para todos los públicos. Por su repercusión a nivel nacional, el evento incrementa la actividad económica, sobre todo en el sector de la hostelería, tanto en Bonilla como en las cercanas Caracenilla y Huete. Y es que el cielo oscuro de la Alcarria conquense es un patrimonio ya en peligro de extinción que también se debe proteger, pues la fiebre de iluminación de las ciudades hace que cada vez sea más difícil encontrarlo.
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