Tras las huellas de una Alcarria por descubrir, la conquense
Imagen de las excavaciones. Foto: La Tribuna de Cuenca.
Redacción/Portalrubio Es Más*
En lo más alto de un cerro entre Garcinarro y Jabalera —localidades que, junto con Mazarulleque, conforman el municipio de Valle de Altomira— un equipo de arqueólogos conquenses han participado en el descubrimiento de un edificio excavado en la roca de la época íbera y de "especial relevancia", un vestigio de "primera magnitud" —al nivel del mosaico de Astarté de Iniesta (comarca de La Manchuela), uno de los descubrimientos más importantes de finales del siglo XX— que aporta "mucho valor" a una provincia que empieza a formar parte de los "puntos neurálgicos" arqueológicos de la Península Ibérica.
Así lo aseguró Miguel Ángel Valero, director de unos trabajos que se han realizado entre diciembre de 2013 y mayo de 2014, al programa 'Hoy por Hoy' de Cadena Ser Cuenca del pasado 13 de junio (como podéis oir en el audio), explicando que el proyecto arrancó en 2007 con la realización de las cartas arqueológicas y el apoyo del Ayuntamiento y del grupo de acción local CEDER Alcarria conquense, que han financiado estos trabajos de excavación en el paraje tradicionalmente conocido como ‘La Cava’.
Entrevista a Miguel Ángel Valero en 'Hoy por Hoy' de Cadena Ser Cuenca del 13 de junio de 2014.
Lo novedoso y espectacular es, según el también comisario del yacimiento romano de la villa de Noheda, la monumentalidad de un edificio "singular por su simbología religiosa, política y económica" —tres grandes estancias de unos 40 metros cuadrados intercomunicadas entre sí y excavadas en la roca—, su talla "prácticamente" inalterada a lo largo de 2.500 años y el óptimo estado de conservación de los objetos encontrados (hornacinas, cantareras, agujeros de poste, las piletas de decantación, etc). Según Valero, sólo hay estructuras paralelas en el yacimiento castellano leonés de Tiermes y similares desde el punto simbólico en el de Illeta dels Banyets de Campello (Alicante).
En otro yacimiento de Garcinarro, el de Mohorte, hay unas 120 tumbas. Foto: Antonio Fernández Odene.
Aunque su origen data del 400-450 A.C. el arqueólogo ha señalado a La Tribuna de Cuenca que un siglo más tarde esta construcción fue abandonada y no es reutilizada hasta 6.000 años después, cerca del año 600 de nuestra era y en época visigoda, como un "lugar de recogimiento de los eremitas, vinculados al monasterio servitano de Cañaveruelas, que está muy cerca". Sin embargo, ya que no vaciaron el contenido de las estancias y dejaron todo el estrato de materiales in situ, estas han servido como una cápsula del tiempo.
Valero destaca cómo los vecinos se han convertido en los "mayores garantes del yacimiento" ya que muchos han participado en el descubrimiento de unos restos tan valiosos y velan por su seguridad ante la gran expectación y las visitas que reciben los fines de semana. Por ello, están preparando los paneles explicativos, desarrollando un itinerario interior y preparando una recreación en 3D y un vídeo interactivo, mientras que el Ayuntamiento dedicará un espacio dentro de su Museo Etnográfico a la exposición e información sobre los restos que continúen hallando en la zona pues el yacimiento es muy grande y el equipo quiere intentar hacer un proyecto de mayor calado.
Más información en www.garcinarrero.blogspot.com.es.
*Publicado en www.portalrubio-esmas.lacoctelera.net el 23 de junio de 2014.
1 comentario
No sera 1000 anos despues,en vez de 6000?,donde dice " no es reutilizada ...."
Gerard Guitart
